
SAN CEBRIAN DE CAMPOS
Ayuntamiento.Tfno:979 154 104
Habitantes:567
Distancia a Palencia:27km.
Altitud:720 m.
Alojamientos:
Albergue "Las Amayuelas", 46 plazas
Los inicios históricos de la hoy localidad de San Cebrián de Campos, aún admitiendo su población en épocas anteriores, se hallan en el proceso repoblador desarrollado durante los siglos IX y X. Al igual que en otros núcleos, en San Cebrián, se desarrollan a lo largo de los siglos XI y XIII instituciones en las que se descubre un cierto aire comunitario y popular, serán las comunidades de Villa y Tierra, y el Concejo.
En este contexto se enmarca el origen de la villa, que pertenecÃa a la antigua merindad de Monzón, y que en origen se llamaba San Cebrián de las Amayuelas, siendo propiedad de la Orden de San Juan de Jerusalén. La carta de población de la villa es dada por Gutier Fernández, juntamente con su esposa Toda Diez. Este personaje habÃa llegado a ser el ayo de Sancho III y el tutor de Alfonso VIII, a pesar de la rivalidad y oposición de los poderosos Lara.
No es fácil recrear la vida de una villa llena de vitalidad, por la cual se llegó a notar la influencia del cercano Camino de Santiago, sobre todo en los momentos de su mayor esplendor. Este momento histórico, será el mejor de todos, no sólo para San Cebrián, sino para las nueve villas.
San Cebrián participó del Camino, beneficiándose de esa fabulosa arteria de comunicación y comercio entre distintos paÃses y culturas, merced a su cercanÃa a la ruta.La villa continuará su vida con distintos altibajos, no pudiéndonos olvidar del azote de las epidemias y pestes, y del hecho notable de haber morado en ella en el siglo XV, el rey Enrique IV. Desde el citado siglo, nos es más fácil rastrear el pasado de la misma, gracias al rico archivo parroquial de la iglesia de los Santos Cornelio y Cipriano, instalado en el ático del armario biblioteca de la casa rectoral, cuya relación comprende 69 libros numerados. La riqueza de la zona en acontecimientos históricos y en obras de arte, ha relegado a este pueblo a un segundo plano de forma injusta.
La villa de San Cebrián de Campos, situada entre el Canal de Castilla, el rÃo Carrión y el cercano Camino de Santiago, ha sido testigo del acontecer glorioso de la Castilla del siglo XVI y de su decadencia en los siglos XVIII y XIX. Vive con incertidumbre los altibajos de la segunda mitad del siglo XX, pero con una mirada esperanzadora hacia el siglo XXI.
Casi todos los objetos artÃsticos notables, al igual que en muchas localidades, se encuentran guardados en la iglesia parroquial de San Cornelio y Cipriano. El edificio es una impresionante mole de piedra, en la que predomina el muro sobre las ventanas, pareciendo más un castillo que un templo. Se inició su construcción. a finales del siglo XIII, destacando su torre de cinco cuerpos con ocho ventanas apuntadas en el piso superior. En el coro alto a los pies aparece la siguiente inscripción: «Esta obra de canterÃa hicieron Juan de Matienzo y Pedro de Carasa Acabóse año de 1498». Desgraciadamente el templo sufrió en el siglo XVII un incendio en la sacristÃa, que motivó la pérdida de valiosas y antiguas obras de arte. Tras este incendio, se construyen los edificios anejos al ábside.
Originalmente la iglesia contaba con tres entradas, pero la portada norte, la más antigua obra del siglo XIII, se cerró. Hoy el acceso se realiza por la portada sur, obra del año 1757.
Al interior, la iglesia, presenta una sola nave articulada en cinco tramos, estando ornamentada por ricos retablos, pinturas, esculturas,... de distintas épocas, que hacen del conjunto un maravilloso museo de arte sacro. Destacan entre otras obras el retablo dieciochesco de San Antón y su imagen, el retablo de Santa Bárbara y su imagen, el cuerpo del órgano, obra del siglo XVIII. El retablo del Santo Cristo de la Vera Cruz, de Cristóbal Ruiz de Andino, con pinturas del vallisoletano Diego Diez Ferreras.La escultura del Santo Cristo de la Vera Cruz, es similar en planteamiento al Cristo de la Misericordia de la Virgen de la Calle de Palencia.
El retablo de la Piedad, el retablo del Nazareno, la imagen fue hecha por José de Rozas y quizás sea uno de los más bellos nazarenos de la provincia. El retablo de Nuestra Señora del Rosario o de la Indiana, el retablo de la Inmaculada, el de la Soledad, el del Ecce Horno, que guarda una manierista imagen de Jesús atada a la columna, obra de Juan Sanz de Torrecilla.
Destaca de todos ellos el retablo mayor, obra atribuida a Juan de Valmaseda, con influencia de Bigarny y de Siloé, datándose su realización entre los años 1540-1548. Entre el rico muestrario de pinturas existente en el templo, destaca un cuadro de escuela sevillana, que recuerda composiciones de Murillo, con el tema de la Virgen y el Niño con Santa Rosa de Lima.
El otro edificio religioso de la villa es la ermita de Nuestra Señora de Prado, donde se venera a la patrona de la localidad. Es esta, una escultura de finales del siglo XVI, muy repintada, lo que nos impide apreciar su belleza y antigüedad. Las fiestas y tradiciones han girado en torno a la iglesia del pueblo, centro de encuentro por antonomasia. La calle y el frontón de la iglesia, junto con la Plaza Mayor, han sido el patio del colegio de niños y mayores.
Como ejes de las fiestas y la tradici6n, destacan dos lugares señeros: la iglesia parroquial de San Cornelio y San Cipriano; y la ermita de la Virgen del Prado. Estos lugares son el centro de las dos fiestas grandes de la localidad: Las Pascuas de Pentecostés en la Primavera, y las de la Cruz en Septiembre, momento en el que se honra a los patronos de la villa, contando con una tradicional procesión desde la iglesia de los Santos Cornelio y Cipriano a la Ermita de la Virgen del Prado.
Otras procesiones y celebraciones religiosas aún se mantienen con pujanza, al contar la villa con una docena de cofradÃas. Los quintos celebran sus fiesta, con sus peculiares cuartetas de San Antón, sus rondas, meriendas y hogueras, junto con su fiesta grande en febrero. Se mantiene la costumbre de las ramadas o enramadas, en las puertas y ventanas de las chicas jóvenes solteras, para demostrarles su cariño y hacer ostentación de él, y esto también se hace en la noche anterior al matrimonio, y si por casualidad el contrayente no es del pueblo, deberá pagar la patente a los quintos. La gastronomÃa es la propia de tierras castellanas, en las que el principio de autarquÃa, llevó a producir lo básico del consumo mediante la crÃa de aves y otros animales, junto con el cultivo de legumbres y hortalizas.
En San Cebrián hubo varias panaderÃas hasta hace poco tiempo, que confeccionaban rosquillas, "adobes", ...manteniéndose hoy una panaderÃa que comercializa pastas y que posee un horno de asar, para cordero, lechazo,... Entre las hortalizas de producción local y de temporada, destacan por su calidad la alubia verde, el tomate, el pepino y las cebollas.
El cordero, el lechazo, los quesos, los pollos de corral, los pichones, las liebres, las truchas de rÃo,... y lo que en ninguna casa falta, los huevos de corral y el cerdo, son algunos de los tÃpicos componentes de la gastronomÃa local.
Los viejos oficios artesanales del ayer se han ido perdiendo, manteniéndose solamente algunos telares con producción de uso familiar, y quizás siguiendo en esa lÃnea, destaquen los talleres ocupacionales de esmalte, cerámica, flor seca,... en los que trabaja la Asociación Cultural Virgen del Prado.
Hay que destacar también los talleres del Centro Ocupacional y Centro de DÃa de la Fundación San Cebrián, que realizan varios trabajos, contando con notables exposiciones, en las que sale a la venta su producción. Es esta una organización de ámbito regional que presta atenciones a personas discapacitadas.
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