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VALDESPINA

 

Ayuntamiento.Tfno:(de Amusco) 979 802 033

Habitantes:105

Fiestas:23 de junio, la noche de San Juan

Distancia a Palencia:19 km.

Altitud:830 m.

 

 

 

 

 

 

 

 La antigüedad del asentamiento humano de Valdespina se pierde en la Edad Media, hecho que corrobora la aparición en los alrededores del pueblo de los restos de un convento y de sus moradores. Actualmente el edificio monacal ha desaparecido, pero en las excavaciones realizadas se encontraron tumbas de monjes que pueden datarse cronológicamente a finales del siglo XIII, inicios del XIV . Estos son los únicos restos conservados del Monasterio de San Pedro, el cual estaría cercano a las fuentes que hoy llevan ese nombre. A pesar de no estar en la ribera de ningún río, Valdespina cuenta con diversas fuentes y manantiales, como la Fuente de San Quirce, la Fuente de los Caños,... que proveen de abundante y salubre agua para satisfacer las necesidades de la vida cotidiana.

 El pueblo de Valdespina está situado al este de los pueblos que componen la Mancomunidad de Villas del Bajo Carrión y Ucieza. Su territorio está formado por dos extensos páramos, divididos por el valle en el que está ubicado el pueblo. Como todos los pueblos de los alrededores, sus actividades principales son la agricultura y la ganadería, que condicionan la vida y los paisajes de la localidad. Valdespina era conocido en toda Palencia y fuera de ella, fundamentalmente por sus famosos quesos de oveja, elaborados artesanalmente y que incluso se vendían en la capital de España.

 Los monumentos más destacados de la localidad, son la iglesia parroquial de San Esteban y la ermita de Nuestra Señora del Olmo. La iglesia de San Esteban fue realizada en el primer cuarto del siglo XVI, sobre los restos de una iglesia románica anterior, de la cual se conserva su portada de finales del siglo XII. La iglesia posee una única nave que se cubre con bóvedas de arista. La bóveda de la capilla mayor es de crucería, adornada con terceletes platerescos.

 En el interior del templo destaca el retablo mayor, realizado hacia el año 1600, por Pedro Martínez de Colina. Está compuesto por tres cuerpos, con relieves en el banco de San Gregorio Magno, San Agustín, San Juan, Santo Domingo, San Francisco, San Mateo, San Ambrosio, San Jerónimo y San Marcos. En el primer cuerpo se representa el martirio de San Esteban y el episodio de su entierro, ya que San Esteban, es el titular de la parroquia y del templo.

 Completan este cuerpo del retablo las esculturas de San Pablo, San Sebastián, Santa Ana, la Virgen y el Niño Jesús. En el segundo cuerpo aparecen los relieves de San Esteban y Constantino y una escultura de San Esteban. En el tercer cuerpo, la Fe, San Juan Bautista, San Miguel, la Fortaleza y la Venida del Espíritu Santo.

 Corona el retablo el Calvario. Merece la pena destacar la bella pila bautismal obra del siglo XV y un pequeño retablo barroco del siglo XVII, que cobija la escultura de San Antonio de Padua, de Alejo de Vahía hecha hacia 1500.

La ermita de Nuestra Señora del Olmo fue construida al lado del olmo en el que según la tradición se apareció la Virgen a unos pastores. Hacia el año 1416 fue iniciada su construcción, gracias al favor de don Diego de Rojas, Marqués de Pozas. Es de estilo gótico, con una sola nave y en el interior del altar se encuentra la imagen de la Virgen del Olmo. De su exterior cabe destacar su portada gótica, con cuatro arquivoltas apuntadas.

Entre los hombres ilustres nacidos en la localidad de Valdespina, merece la pena recordar al Marqués de Valdespina y Varón de Montevilla, que según el libro de Vizcaya, fundó la ciudad de Ermua y construyó un palacio que actualmente es la Casa Consistorial de dicha ciudad.

 Los Condes de Altamira, que eran los dueños de la villa y contaban con un suntuoso palacio, del que se pueden distinguir aún algunas estancias.

Don Patricio Fernández fue teniente general del ejército, y en la fachada de la casa en que nació, situada en la plaza, se puede contemplar todavía el escudo, fechado en 1767, compuesto por cañón, casco y galones.

 Don Rosendo Nevares, llegó a ser la máxima autoridad española en las tierras del Océano Pacífico. También hay que recordar a don Santiago Manrique, que era el propietario de la finca el Monte El Rey y la granja que lleva su nombre, "Granja Manrique", situada en el término municipal de Valdespina. En las viviendas existentes en dicha finca, se puede ver una con un pórtico de tipo barroco, donde está el escudo del marquesado.

 Actualmente son tres las tradiciones que se mantienen vivas en Valdespina. Se remontan a tiempos inmemoriales y ni siquiera los más mayores pueden recordar con exactitud cuando surgieron. Año tras año, se conmemora especialmente la Noche de Reyes, el Viernes Santo y la Noche de San Juan.

 La Ronda de Reyes, consiste en que la noche del cinco de enero, era costumbre de los mozos el salir por las calles de todo el pueblo cantando una serie de coplillas tradicionales. Al acabar la ronda pasaban toda la noche divirtiéndose en la taberna del pueblo y al amanecer, iban por las casas a pedir el aguinaldo. Actualmente esta tradición no sólo la cumplen los mozos, sino que todo el que lo desea puede acudir a cumplir con el rito, cantar las coplas y pasar una noche de convivencia y diversión.

 El Viernes Santo, se cumple con el rito y costumbre del canto de la Salve Dolorosa. En la tarde del Viernes Santo, ya anochecido, en la iglesia ante la imagen de la Virgen se recita con gran devoción un canto, cuya peculiaridad es que el estribillo es cantado únicamente por los hombres en un tono altísimo que retumba armónicamente dentro del templo, dando un ambiente que llega a emocionar a todos los que lo viven con gran sentimiento.

 La noche de San Juan, la noche anterior al 24 de Junio, festividad de Nuestra Señora del Olmo, los mozos salían con un carro por el pueblo, cargando todo tipo de madera y leña que les ofrecían los vecinos, para hacer junto a la ermita una gran hoguera en honor a la Virgen del Olmo. Con ramas de chopos construían una enramada a la entrada de la ermita. Esto también lo hacían en las puertas y ventanas de las casas de sus novias, que además adornaban con rosas.

 Actualmente la tradición se sigue cumpliendo, ya que los mozos traen leña del monte y se organiza una fiesta en torno a la hoguera para todos los vecinos del pueblo, con un pequeño baile amenizado por una orquesta. Incluso desde hace unos años se asan sardinas en la hoguera, disfrutando de ellas todos los asistentes. Son estas tradiciones algo vivo que no ha muerto, ya que se van transformando y adaptando a los tiempos y las nuevas generaciones.

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