
TÁMARA DE CAMPOS
Ayuntamiento.Tfno:979 810 259
Habitantes:108
Fiestas:
3 de mayo, Virgen de la Rombrada.
13 de agosto, San Hipólito.
Distancia a Palencia:28km.
Altitud:790 m.
Gastronomía:Quesos(Preguntar por la familia Chillón)
Alojamientos:
Casa turismo rural "La Carcel", Tfno: 979 810 460
Comunicaciones
Autobús diario a Palencia.
Cuenta la Villa de Támara de Campos con vestigios humanos remotos, que evidencian ya el asentamiento de personas en estos campos, desde la época prerromana, siendo en el momento de la repoblación cristiana, cuando se configura la Villa tal y como hoy la conocemos.
En el periodo Bajo Medieval, pasa a formar parte de las Nueve Villas de Campos, bajo la promoción del Monasterio Benedictino de San Miguel de la propia Villa de Támara, que dependía del priorato de Cardeña (Burgos). Con posterioridad, la comarca pasa a integrarse en la Merindad de Monzón, perdiendo parte de sus privilegios e independencia, aunque como es Villa de Realengo, nunca dependerá totalmente de ningún noble.
Este título se le concede tras la Batalla de Támara del año 1037, que integra en una misma corona a los reinos de Castilla y de León de forma definitiva. Esta importantísima batalla, donde muere el rey de León Vermudo III, tras el enfrentamiento con Fernando I de Castilla, deparará una serie de privilegios para Támara de Campos, que dotarán a la villa de un impresionante templo casi catedralicio, edificado en honor de San Hipólito, y con el título de El Real.
Por esta localidad, en determinados momentos históricos, pasó el Camino de Santiago, como lo demuestran diferentes documentos del archivo parroquial, donde en la visita del obispo del año 1516, se determinan varias instrucciones para el trato a los peregrinos "siendo Camino conforme a la Ley del Reino".
Este paso de la Ruta Jacobea por la localidad, ha dejado como testigo la iglesia románica de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, protectores de la villa y su zona de influencia, que serán sustituidos posteriormente por la Orden del Temple en esta misión.
El edificio, tuvo adosado un importante hospital con 60 camas. La inestabilidad política medieval, hace dotarse a la villa de un casco urbano amurallado de piedra y tapial, conservándose la Puerta del Caño, restos del foso o arroyo que rodeaba los muros, algo que no sirvió de impedimento al obispo Acuña para tomar la villa en nombre de los Comuneros. El terremoto de Lisboa, provocó la caída de la antigua torre de San Hipólito, motivando su reconstrucción en un estilo clasicista. Será en época barroca, cuando el templo adquiera sus bellos altares y su magnífico órgano. La localidad en sus mejores momentos, Ilegó a contar con 850 habitantes, pasando actualmente a contar con 100, fruto del proceso de mecanización de las labores agrícolas y del éxodo a las ciudades.
El casco urbano se sitúa sobre una colina u otero, formando un recinto cerrado y amurallado, de carácter medieval, con plaza porticada y empedrada en lo alto de la Villa, siendo declarado Conjunto Histórico Artístico en su totalidad. Las Murallas, son del siglo XI, conservándose varios paños de piedra y tapial, continuando en uso la Puerta del Caño, como entrada a la villa.
La Glorieta, es el lugar de las antiguas reuniones del concejo. Se compone de un círculo de piedra con otra más alta en el centro. Alrededor se sitúan olmos centenarios, dando un aspecto druídico al lugar .
Recientemente ha sido restaurado, adosándose un merendero al aire libre, mesas, bancos, parrilla de piedra y juegos infantiles. En este espacio, también se localiza una fuente del siglo XVIII, con su arroyuelo empedrado.
La iglesia-castillo de los Caballeros Hospitalarios de la Orden de San Juan de Jerusalén, obra del siglo XII, es hoy el Ayuntamiento, desde donde se divisa toda la longitud del Camino de Santiago a su paso por estas tierras, gracias a un bello mirador.
Actualmente la Asociación Cultural Villa de Támara, trabaja en la adecuación de este recinto como Museo Etnográfico, contando ya con unos fondos interesantísimos. También destaca la construcción del siglo XIII de la Iglesia de San Miguel, antiguo monasterio benedictino.
Además la Villa cuenta con varias casas blasonadas, fachadas de aparato, arcos de herradura en las puertas de entrada y un antiguo convento hoy convertido en casa solariega y la tradicional arquitectura de la Tierra de Campos, con pajares, fuentes, bodegas, cuartocarros, casetas de era, prados cercados de piedra, arroyos empedrados y lo más llamativo 21 palomares de diferentes formas y tipos, redondos, cuadrados, octogonales, abiertos al centro, de doble tejado... y lo más sorprendente, la mayoría en uso.
De entre todos los monumentos de la Villa de Támara de Campos, destaca su iglesia catedralicia de San Hipólito El Real. Fue construida entre los siglos XIV .XV y XVI, con añadidos posteriores. Es una obra de transición gótico-renacentista, rematada con una torre pórtico de la Escuela de Juan de Herrera, construida tras el desplome de la primitiva, a consecuencia del terremoto de Lisboa.
Describir este templo de enormes proporciones sería inacabable, baste decir que sólo justifica la visita a Támara su pila bautismal gótica, todos sus maravillosos retablos, tejerías, vidrieras, y sus. famosos conciertos de órgano ibérico, dentro del marco incomparable de una iglesia que quizás sólo es superada por la Catedral de Palencia, también llamada "La Bella Desconocida" .
Las fiestas locales se celebran en honor del patrono de la Villa, San Hipólito, el 13 de agosto. Cuenta también con su fiesta la patrona de la localidad, la Virgen de Rombrada, el 3 de mayo, fiesta precedida de una solemne novena que se inicia el 25 de abril, festividad de San Marcos.
Se mantiene la danza del paloteo en honor de Nuestra Señora, con ocho lazos y el trenzado del árbol. Destacan los trajes de los danzantes y del chiborra, que bailan delante de la imagen en su traslado desde la ermita a San Hipólito y viceversa.
En Navidad, se celebran especialmente los días 5 y 6 de Enero, con la representación del Auto de los Reyes Magos, en la Plaza de San Hipólito por 43 actores de la villa desde inicios de siglo XX. La obra fue escrita por el Sr. Otero, maestro local, para que la representasen sus alumnos. Esta tradición se perdió en los años 70, recuperándose en 1995 gracias a la Asociación Cultural Villa de Támara.
La gastronomía local entra dentro de lo habitual en la comarca: el queso de oveja, elaborado artesanalmente desde hace varias generaciones por la familia Chillón, los caracoles, cangrejos de río, sopa castellana, lechazo asado, los productos de la matanza y los de la caza, como la liebre, codornices, perdices y los pichones o palominos escabechados, ya que abundan al contar la villa con 21 palomares.
Como postres típicos, las orejuelas en carnaval y las torrijas en Navidad, así como los sesos de lechazo o cordero rebozados y aderezados con azúcar y canela. Comidas regadas con vino de la Villa, procedente de uvas de la localidad y la Angélica, un licor elaborado con mosto reciente, uvas pasas y aguardiente de orujo. Para autoconsumo, cada familia hace licores con orujo de Lantadilla, Becerril o Potes, dándoles el toque personal de guindas, andrinas, miél, naranja, té, higos,...
![]() Tamara 01.jpg | ![]() Tamara 02.jpg |
---|---|
![]() Tamara 03.jpg | ![]() Tamara 04.jpg |
![]() Tamara 05.jpg | ![]() Tamara 06.jpg |
![]() Tamara 08.jpg | ![]() Tamara 10.jpg |
![]() Tamara 07.jpg | ![]() Tamara 11.jpg |
![]() Tamara 09.jpg |